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Fuerza bruta Vs diálogo y la razón

By on octubre 2, 2023

Por: Benjamín Sámano Sepúlveda

El día domingo 1 de octubre quedará nuevamente marcado como uno de los días más grises en la historia política y social de Uruapan, por los hechos violentos que se registraron entre los granaderos auspiciados por el gobierno estatal, en contra de transportistas del servicio urbano local, quienes manifestaron su inconformidad por la construcción del sistema de transporte teleférico que abarca 8.4 kilómetros de recorrido, considerando seis estaciones durante su trayectoria.

Sin duda el proyecto es de gran impacto social y económico, una derrama de más de 3 mil  millones de pesos destinados para las obras de infraestructura y equipamiento del sistema de transporte, sin embargo la manera en como están ejecutando el proyecto no es lo más conveniente. Deben ser tomados en cuenta todos los sectores de la población, incluidos los integrantes del gremio del transporte urbano, a través de mesas de diálogo para lograr consensar puntos de acuerdo sobre los temas que conlleva el caso.

Lo que menos desean los uruapenses son eventos donde la violencia sea el tenor para discernir las diferencias, y la confrontación física que se vivió durante la mañana del domingo en el primer cuadro de la ciudad no fue lo correcto, se utilizó la fuerza de choque del estado para evitar que los inconformes lograran ingresar al centro de la ciudad donde se tenía programado un evento donde se anunciaba con bombo y platillo el comienzo de la magna obra.

Funcionarios del gobierno del estado, antes de agotar el diálogo dieron la orden de contener a toda costa a los inconformes, desplegaron a cientos de policías antimotines mismos que sin importarles la presencia de mujeres y niños lanzaron y activaron gases lacrimógenos y golpes. El hecho por sí mismo mancha el trabajo para lograr concretar el proyecto de la manera más eficiente para los uruapenses. Contradice rotundamente la política del presidente de la república Andrés Manuel López Obrador, quien en todo momento ha utilizado el diálogo y la razón antes que dar una orden para reprimir al pueblo a través de la fuerza bruta.

Desde meses atrás se observaron signos de incorformidad entre los integrantes del gremio del transporte, mismos que debieron atenderse con sensibilidad y a través del diálogo desactivar el descontento social, falta de operación política que desde la secretaria de gobierno se debió aplicar para evitar una confrontación como la que se vivió en el centro de Uruapan el pasado día domingo.

Horas después del zafarrancho y bajo un fuerte operativo de seguridad se llevó a cabo el evento donde el ejecutivo estatal en compañía de miembros de su gabinete, mismos que aprovecharon la coyuntura para sacar raja y publicitarse con miras al proceso electoral del próximo año, anunciaron al pueblo de Uruapan la obra de gran envergadura, muy a su particular estilo con un grupo de paleros y pseudo líderes mercenarios que llevaron a su “gentecita” para cobijar el evento. Sin medir las consecuencias, el daño social y político que genera en Uruapan, al final de cuentas ellos se van a la capital michoacana, dejando un cochinero y un descontento social que habrá de seguirse manifestando continuamente.

Y no es que no se esté de acuerdo con el desarrollo de la ciudad, y mucho menos con la modernización del sistema de transporte público, la obra de movilidad resulta ser buena, sin embargo la manera de hacer las cosas, imponiendo la voluntad del gobierno estatal sobre los uruapenses genera división y encono social por la manera de hacer las cosas. El diálogo y la razón; antes que la fuerza bruta y la cerrazón del gobierno estatal.

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